La historia de interiorismo de Bashir Abdi

Si lo has visto correr o lo has oído en alguna entrevista, seguro que ya eres su fan: el campeón de maratón Bashir Abdi es una verdadera inspiración. Su talento y perseverancia lo llevan a visitar todos los rincones del mundo, pero su corazón está en Gante. Aquí, rodeado de su familia, Bashir se relaja en el suelo del salón de su casa.

Ese suelo es de la colección de parqué New York Pure Plus de Lamett; para la planta superior de su casa, Bashir y su mujer, Nimo, eligieron Mantaro Inca de Parquetvinyl. Si sientes curiosidad por saber cómo se adaptan los suelos a su gusto y su estilo de vida, los visitamos.

En ningún sitio como en casa

Llamamos al timbre un nublado jueves por la mañana, pocos días después de que Bashir ganara la maratón de Róterdam por segunda vez. Las imágenes en las que aparece saludando a la multitud con su pequeña Khadra y animando a Koen Naert para batir su marca personal, han dado la vuelta al país. Mientras Khadra está en el colegio con su hermano Ibrahim, nos reciben Bashir, Nimo y su hija menor, Maryan.

En el interior se respira un ambiente relajado. El salón es luminoso y abierto, con anchas planchas de roble que invitan a mirar al jardín. Mientras Maryan practica con entusiasmo para dar sus primeros pasos, Bashir se acomoda en el sofá. «Estoy en un periodo de descanso», explica, «durante la semana posterior a una maratón, tengo que hacer lo menos posible. Aunque, por supuesto, los niños están dando saltos en nuestra cama desde las 6 de la mañana. Para mí, como se suele decir, en ningún sitio se está mejor que en casa. Necesito pocas comodidades; sentarme aquí en el suelo y ver jugar a mis hijos es el mayor lujo que podría desear».

Un suelo con estilo

A toda la familia le encanta el salón y, en especial, el suelo. «Irradia calidez y es suave sin ser resbaladizo», dice Bashir. Como base luminosa y versátil para el resto del interior, la pareja eligió el parqué de la colección New York, en el suave color Pure Plus. Por ejemplo, en la cocina de color negro, que eligieron después, optaron por detalles a juego con el color y la textura del parqué. «No nos gusta tener muchas cosas», dice Nimo, «mantenemos una sobriedad intencionada. Aunque aún añadiremos algunas cosas más, acabamos de mudarnos. Pero gracias al suelo, todo combinará a la perfección».

Aquí vive gente que ama a su familia y está llena de energía. «Pensábamos instalar otra puerta de cristal entre el recibidor y el salón, pero a nuestros hijos les encanta caminar desde la puerta principal hasta la ventana del jardín. Y a nuestro hijo le encanta ir en patinete por este suelo. Afortunadamente, en el parqué, que tiene un acabado de barniz, no se nota nada; hasta el momento no hemos tenido ningún accidente que no se pudiera solucionar con una fregona y un producto de limpieza; toquemos madera. Aunque sí hemos colocado patas protectoras debajo de todos los muebles; queremos disfrutar de un suelo así de bonito durante el mayor tiempo posible».

Viajar sin hacer turismo

Mientras tanto, ha llegado la hora de hacer estiramientos suaves. Maryan salta divertida sobre las rodillas de Bashir, y la esterilla parece ser un gran escondite. El hecho de estar a menudo fuera de casa es duro para él, admite Bashir. Sus logros exigen muchos sacrificios, como los entrenamientos regulares en altitud, que hace en Etiopía. «Duran un mínimo de tres semanas», explica, «y cuanto más a menudo los haga, mejor. Al fin y al cabo, a gran altitud se producen más glóbulos rojos». Pero por muy necesario que sea, a menudo le invade un sentimiento de culpa. Sobre todo si algo no va bien en casa.

«Allí me centro completamente en lo esencial: entrenar, entrenar y entrenar, sin muchas comodidades ni comidas deliciosas. Cuando me encuentro con gente que también ha estado en Etiopía, a veces me preguntan si he visitado los lugares de interés. Lo mismo ocurre con las maratones, que me llevan a viajar por todo el mundo. La respuesta siempre es 'no'», ríe Bashir. «Estoy enormemente concentrado en el entrenamiento o en la carrera y, una vez que terminan, vuelvo con mi familia. La sensación de hogar es inigualable».

Baños helados y entrenamiento con pesas

En casa, la concentración también es alta. «Durante los periodos de entrenamiento intensivo, corro 200 km a la semana, en dos sesiones al día, con un entrenamiento de fuerza entre ellas. He trazado rutas de exactamente 1, 3, 5 y 10 km por el camino de sirga que bordea el Escalda, a partir de las cuales hago recorridos para conseguir la distancia de entrenamiento deseada. Y unas dos veces por semana me toca un baño helado».

Para esos baños, compra 25 kg de hielo en escamas a un mayorista de hostelería cercano. «La primera vez me miraron raro, pero ahora me reciben con una sonrisa», dice. Para el suelo de la primera planta, la pareja eligió Mantaro Inca de Parquetvinyl. Las tablas son anchas, con una capa de desgaste extragruesa y una estructura de madera que se puede ver y sentir.

Gracias a su resistencia al agua, esa elección resultó ser todo un acierto. «No me tengo que preocupar si caen agua o hielo al suelo. O si el agua se sale de la bañera; sí, ya me ha pasado». Nos enseña que los primeros 30 segundos en un baño helado de este tipo son los más duros, después el cuerpo se acostumbra al frío. «A menos que te muevas, entonces todo vuelve a empezar», ríe Bashir.

En el futuro quiere instalar una sala de entrenamiento en esta primera planta. No para ejercicios de fuerza, que los hace cerca de casa, sino para ejercicios de estabilidad del core. No obstante, el suelo de Parquetvinyl puede aguantar grandes impactos; Bashir lo comprobó en la sala de exposición de Lamett. «Me pidieron que dejara caer pesas sobre las tablas. Al principio lo hice con cuidado; estas tablas tienen entre 5 y 7,5 mm de grosor, así que esperas que se rompa. Pero no fue así, y entonces me dejé llevar de verdad», ríe, golpeando contra el suelo unas pesas imaginarias. Efectivamente, bajo la capa superior de estas tablas hay un soporte rígido, hecho de una mezcla de piedra caliza y PVC. Debajo, a su vez, hay una capa base integrada, que absorbe las irregularidades durante la instalación, y también amortigua el sonido, que no es un lujo para los que quieren dormir.

Concentración y, (muy) de vez en cuando, unas patatas fritas

En los próximos días, Bashir volverá a empezar a practicar, poco a poco, ciclismo y estiramientos. Para la recuperación de los daños musculares, también es muy importante seguir un programa nutricional estricto. Nos quedamos con la boca abierta cuando nos cuenta que solo puede probar las patatas fritas dos veces al año. «Pero me saben tan bien que la espera merece la pena», sonríe. Le preguntamos por sus planes para la Fiesta del Fin del Ayuno, que se celebra un par de días después. «Si nuestro jardín ya estuviera terminado, la fiesta estaría garantizada en nuestra casa», explica Nimo. «Los dos tenemos familias numerosas. Siempre viene mucha gente».

Las obras del jardín terminarán pronto, y Bashir podrá disfrutarlo este verano. «Se quedará en Bélgica durante los próximos meses», dice Nimo feliz. Es una vida ajetreada, con intensos periodos de entrenamiento, épocas en el extranjero, competiciones y descanso obligatorio. Con una gran concentración en lo esencial y en la superación de límites. Pero también con tiempo para reír y disfrutar de la familia. Porque en medio de todo eso, aquí está su base inquebrantable; en este suelo, con una hija saltando sobre sus rodillas, se siente completamente en casa.

¡Gracias por la hospitalidad, Bashir y Nimo!

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